Dice el refrán castellano: "Es de bien nacidos ser agradecidos". Ser capaces de dar las gracias a otra persona es un gesto de humildad y devolución de generosidad que aunque parezca sencillo y hasta lógico, no todo el mundo es capaz de entender o alcanzar.
El baloncesto nos ofrece múltiples oportunidades de ser agradecidos con los demás. Agradecer una asistencia o un buen bloqueo del compañero en una acción ofensiva; agradecer una buena ayuda defensiva cuando un jugador rival se te va; agradecer, devolviendo aplausos, al público que te ha venido a ofrecer apoyo; felicitar al árbitro por su labor independientemente del acierto mostrado; dar las gracias al rival que te ayuda a levantarte del suelo cuando caes... Tantos ejemplos cotidianos de agradecimiento.
Nunca es mal día para entonar: "Muchas gracias, compañero". Vamos a aplicarlo.
Muy bueno este valor, importantísimo en el deporte que practicamos. Tengo que aprender a agradecer más
ResponderEliminarHay que agradecer mucho el apoyo del público, porque sean mucho o pocos, el tenerlos ahí animando nos da fuerzas para seguir dándolo todo en la cancha, por eso siempre después de cada partido un aplauso al público en agradecimiento por perder su tiempo viéndonos, animándonos y haciéndose notar el apoyo por parte de ellos hacia nosotros es digno de admirar.
ResponderEliminarGracias